¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– Montse, estoy mal.
– ¿Cuál es el motivo?
– Verás… -se queda callada unos segundos y finalmente confiesa- Es que me da vergüenza…
– Bien, exactamente ¿Qué es lo que te da vergüenza? admitir que estás desesperada o…
– Sí, admitir que estoy desesperada -me interrumpe ella-.
– Bien, pues eso ya lo has verbalizado. ¿Cómo te hace sentir reconocer que estás desesperada?
– Mal, indefensa, vulnerable.
– No es habitual en ti.
– No.
– ¿Es la primera vez que te sientes así?
– No, claro.
– ¿Y cómo lo solucionaste las otras veces?
– Mmm… la verdad, no sabría qué decirte.
– Lo entiendo. Piensa un poco, tómate tu tiempo. Busca la última vez que te sentiste así.
– Vale -empieza a hacer memoria y finalmente añade con la mirada perdida- estuve un tiempo mal, pero lo disimulé e intenté distraerme con otras cosas. En definitiva, afrontar, lo que se dice afrontar… no lo afronté, más bien miré hacia otro lado hasta que las aguas volvieron a su cauce.
– Vale, y ¿qué diferencia hay entre este caso pasado y en el que te encuentras ahora?
– No te entiendo.
– Sí, ¿por qué hasta el día de hoy has sido capaz de eludir esta situación y ahora ya no?
– Porque estoy harta, me he dado cuenta que tengo un problema y quiero aprender a gestionarlo.
– Perfecto, ahora ¿puedes explicarme de qué se trata?
– Sí, verás, como sabes soy relaciones públicas y, está mal que yo lo diga, pero soy bastante buena en eso y… en fin, tengo muy buena mano con las personas, conozco a mucha gente y tengo muy buenos contactos.
– Hasta aquí bien ¿no?
– Ya, pero el problema está en que ¡no sé cómo manejar todo esto! Quiero decir, cualquiera mataría por mis contactos, para poder hacer mil negocios… pero yo… soy incapaz.
– Explícate, por favor.
– Verás, en la primera parte de mi trabajo, es decir, la de establecer los contactos y tratar con los clientes, no tengo ningún problema, disfruto con ello y lo llevo genial. En la segunda fase, la de tener proyectos de negocios atractivos y fiables, me va también muy bien, pero… -se queda en silencio y, como si estuviera bloqueada, me mira fijamente sin soltar palabra-.
– ¿Pero?
– No sé cerrar un trato -confiesa finalmente mirando al suelo-.
– Ya veo, esto es lo que realmente te incomoda, ¿no es así?
– Sí, ¿cómo es posible? ¡No lo entiendo!
– Bien, ya hemos situado el problema. Exactamente… ¿en qué parte de la negociación crees que fallas?
– Bueno. llega un momento, después de reunirnos varias veces con el cliente y acordar las condiciones… en ese momento, no sé qué pasa, no sé qué hago mal, que el tema se empieza a alargar, de una reunión pasamos a otra y al final las negociaciones se quedan en nada. ¡En nada! Es horrible, lo paso tan mal…
– De acuerdo, ¿qué parte de la situación crees que depende de ti?
– ¿De mí?
– Sí, evidentemente en el cierre de un contrato hay un mínimo de dos partes implicadas, una que depende de ti y otra que no puedes controlar directamente; y yo te pregunto qué parte de la que falla depende de ti.
– No me lo había planteado así -suspira y parece que eso la tranquiliza- ¡qué alivio! no es sólo culpa mía.
– ¿Culpa?
– Sí, culpa.
– ¿Esa es la emoción que sientes, culpa?
– Claro que sí, ¿no?
– ¿Qué tal si lo cambiamos por responsabilidad? Y nos preguntamos entonces por la parte de responsabilidad que te incumbe.
– Sí, mucho mejor.
– Ok, pero no hemos solucionado el problema, ¿qué podrías hacer?
– Ahora lo veo más claro, sólo tengo una parte de responsabilidad. ¡Bien entonces no depende todo de mí! ¡Genial!
– Centrémonos, todavía no cantes victoria ¿sabes por qué fallas al cerrar un negocio? ¿Qué es lo qué te pasa?
– Sí, no me gusta, me incomoda muchísimo y siento que fuerzo demasiado la situación.
– ¡Perfecto! entonces ¿cómo podrías gestionar esta parte?
– ¡Ya lo tengo! podría delegar a otra persona el cierre del negocio y yo dedicarme a lo que realmente se me da bien.
– ¿Cómo te sientes?
– ¡Liberada!
– Entonces has dado con la solución, ¡perfecto!
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.
 
			
					 
												 Uso cookies para mejorar la experiencia de uso de la web, si continuas navegando entiendo que aceptas su uso. Por favor, visita la página de
Uso cookies para mejorar la experiencia de uso de la web, si continuas navegando entiendo que aceptas su uso. Por favor, visita la página de