¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– Montse, tu siempre dices que podemos controlar nuestras emociones.
– Sí.
– Es más, afirmas que es responsabilidad nuestra.
– Sí.
– Pues, ¡a mi no me funciona!
– Cuéntame.
– Veras, yo estoy bien, me levanto bien, estoy feliz o al menos tranquila y… los niños empiezan a pelearse, tengo que preparar el desayuno, tengo que ayudar a los más pequeños a vestirse, y mi marido tan tranquilo como si no fuera con él.
-… -silencio.-
– Como comprenderás, ya no estoy tan bien. Pero esto no acaba ahí, cojo el coche y llevo a los niños al cole, atascos y problemas para poder estacionar, para bajar a los niños del coche y acompañarlos hasta la puerta del colegio. Por lo que son las nueve de la mañana y empiezo a estar harta.
– … -silencio.-
– Y por fin llego al trabajo, y… es como las noticias de la tele.
– ¿Cómo las noticias de la tele?
– Sí, todo son problemas y desgracias. ¿Me entiendes?
 – Sí.
– ¿Explícame? ¡Cómo narices puedo cambiar mi estado de humor!
– Antes de responder a tu pregunta te voy a contar un cuento, ¿vale?
Érase una vez, en un país lejano… gobernaba un Rey querido por todos por su bondad y sabiduría. Pero el Rey sufría en silencio unos terribles cambios de humor. Pasaba con gran facilidad de la alegría más intensa a la tristeza más profunda, esto hacía que el monarca se sintiera desolado. Aun siendo el más acaudalado y poderoso del reino, no era capaz de encontrar solución a su problema. Hizo llamar a los mejores médicos de la corte, sin resultado alguno, consulto con todos los asesores del castillo y la respuesta fue la misma. Este mal estar le impedía disfrutar de su reinado ya que tan pronto estaba feliz y a gusto, como pasaba a estar triste y desolado. Ya no lo aguantaba más.
Harto de este sinvivir, hizo llamar a los más sabios del lugar y les pidió que encontraran un remedio para su malestar.
Estos obedecieron y después de una semana encerrados en el laboratorio, se presentaron ante el Rey.
– Majestad, traemos la solución a su malestar, esta cajita es mágica y contiene en su interior la solución a sus problemas mentales. Solo tendrá que abrirla en caso de necesidad y leer las dos palabras mágicas que guarda en su interior.
El rey no salia de su asombro y por fin se pudo sentir aliviado e eufórico por la noticia, pero no tardo en recaer y pasar de su alegría por la noticia a una profunda tristeza, entonces fue cuando decidió abrir la caja y leyó…
“Ya pasará”
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.
 
			
					 
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