¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
Lo que es bueno para mi, no tiene porque serlo para ti.
– Montse, es lo mejor para él.
– ¿Estas segura?
– Evidentemente, si a mi me pasara lo que a él, esto sería lo que haría yo.
– ¿Si te pasara a ti?
– Sí.
– Pero no te pasa a ti, le pasa a él. ¿no?
– Sí, ya te lo he dicho, pero por mucho que le digo lo que tiene que hacer, no me hace caso. Y además se enfada. ¿Te lo puedes creer?
– Esto me recuerda un cuento…
Érase una vez, en un país lejano…
Un monje y su discípulo iban andando cunado de repente se encontraron con un esclavo que estaba durmiendo al lado del camino. Este a pesar de estar encadenado, parecía estar soñando algo realmente agradable ya que su cara reflejaba felicidad, paz y alegría. Esto sorprendió mucho al discípulo.
– ¿Cómo es posible? -le pregunto el discípulo al maestro- ¿cómo es posible qué un hombre encadenado pueda reflejar esa cara de felicidad?
– Quizás sueña con que es un hombre libre -respondió el maestro-.
– ¡Qué crueldad ! -añadió el discípulo- cuándo despierte se dará cuenta de la cruda realidad.
– Sí -Añadió el maestro-.
– ¿Maestro debería despertarlo?
– Este lo miro y… debo meditar la respuesta.
– Al cabo de un buen rato, el maestro le dijo a su discípulo. Me has hecho una pregunta muy difícil de responder ya que no existe una sola respuesta. Si lo despiertas para que sepa cual es la realidad, es un atropello y una intromisión, porque a lo mejor él quería seguir soñando. Pero al contrario si lo dejas soñar, también es un atropello y una intromisión, porque a lo mejor él quería ser despertado.
– Entonces maestro, ¿qué debo hacer?
– Referente a este hombre, no puedo decirte qué hacer o dejar de hacer. Pero tengo algo qué pedirte, si a mi, alguna vez me ves dormido, por favor despiertame.
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.