Quiero que mi madre sea pesada

¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?

– Mi madre no es cómo las demás.
– ¿Qué quieres decir con qué no es cómo las demás?
– Las demás madres están encima de mis amigas constantemente hasta que se hacen pesadas, muy pesadas. La mía no.
– ¿Y eso tu lo interpretas…?
– Que mi madre pasa de mi.
– ¿Y a ti te gustaría…?
– Que fuera cómo las demás.
– Es decir ¿te gustaría qué tu madre fuera pesada?
– Sí.
– De acuerdo, ¿tienes alguna amiga que tenga una madre que no sea tan pesada y que no pase de ella?
– Mmm…
– … -silencio-
– Puede
-¿Puede?
– Si pero no cuenta
– ¿Por?
– Porque mi amiga es distinta.
– ¿Distinta?
– Sí, no se como explicarte, pero es distinta.
– ¿Inténtalo?
– No es tan dependiente, va más por libre, y le da igual, no prefiere que su madre no sea tan pesada.
– ¿Qué opinan tus otras amigas sobre sus madres?
– Ya te lo he dicho, que son muy pesadas.
– ¿Y les gusta?
– No.
– Y tú ¿qué opinas?
– Que son tontas, no saben lo que tienen.
– ¿Y qué tienen?
– ¡Una madre!
– ¿Tú consideras que no tienes madre?
– Mmm…
– ¿Les has dicho a tus amigas qué te gustaría que tu madre fuera igual de pesada qué las suyas?
– Sí.
– Y ¿qué te dicen?
– Que estoy loca, que yo tengo un chollo.
– ¿Un chollo?
– Es decir, que tenemos por un lado un chollo y por otro pesadas.
– Se ve que si.
– Parece que nadie tiene madres “normales”.
– Eso parece.
– No hay nadie que este contenta con sus madre ¿no?
– No.
– Entonces lo que tu quieres es cambiar lo que tienes por lo que tienen las demás.
– Mmm…
– ¿Quién o qué te dice que si tu madre fuera tan pesada tú te sentirías mejor?
– Mmm… por un día me gustaría probarlo.
– Vale, ¿se lo pedimos a tu madre?
– ¿Se lo pedimos?
– Sí, por qué no, ¿no jugabas cuándo eras más pequeña a indios y vaqueros?
– ¿Qué tiene eso que ver?
– ¿Cuándo jugabas hacías ver que eras un indio o un vaquero y disparabas flechas o balas de mentira verdad?
– Sí,
– Pues le vamos a pedir a tu madre que durante una semana haga ver que es una madre muy pesada ¿te parece?
– Jajaja
– ¿Si?
– Vale.
– Ya me contaras en la próxima sesión.

Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.