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¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?

Las frases favoritas de las mujeres: «Siempre tengo que hacerlo yo» y «Si yo no lo hago, no lo hace nadie».

Aún recuerdo cuando Pedro me dijo, muy satisfecho, que había arreglado el problema de hacer las tareas de casa.
−Fue fácil, sólo tuve que estropear la ropa un par de veces y cargarme una lavadora. Daños menores.
− ¿Perdón? – Contesté asombrada.
−Sí, ¿a que es brillante? estropeé la ropa un par de veces y una vez la lavadora. – Me repitió− Conclusión: lavadora nueva y… «¡No vuelvas a tocarla! si queremos conservar la ropa ya la pondré yo». Lo que yo decía, brillante. Y así se hace con el resto de cosas. Tú sólo tienes que contestarle cuando te pide algo: «sí cariño, lo haré luego, ahora estoy ocupado» y… ¡Voilà! ya lo hace ella. ¡No puede contenerse!
– Me explicaba Pedro sin poder evitar una carcajada de victoria.
− ¿Me lo estás diciendo en serio?− le interpelé sin salir de mi estupor.
−Sí, claro, yo con estas cosas no bromeo. ¿No sabías que las mujeres cuando te piden que hagas algo de casa lo quieren ya, y por si fuera poco, que lo hagas de la misma manera que lo hacen ellas? Si no lo haces así, no vale. Se molestan, te dicen que eres un inútil, que no sirves para nada y terminan deshaciendo lo que has hecho y volviéndolo a hacer. Entonces, ¿para qué perder energía? ¡Qué curiosas sois las mujeres! Sólo es cuestión de cogeros el punto.

Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.