¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– En la sesión anterior, me explicabas que el enemigo lo tienes dentro de la empresa. ¿Es así?
– Correcto.
– Bien, y también que tenías claro que ni yo ni tu podemos hacer nada por cambiar a tus compañeros de sección. ¿Sí?
– Sí.
– Que los demás sólo cambian si quieren cambiar o que los demás cambian cuando nosotros cambiamos primero.
– Sí.
– Bien, al plantearnos este problema nos dimos cuenta que lo único que podemos hacer es cambiar nosotros.
– Sí.
– Y nos dimos cuenta de dos cosas una es que necesitabas desahogarte, es decir sacarlo a fuera y la otra es que crees que no puedes hablar de esto con nadie.
– Sí.
– De acuerdo. ¿Qué tal a ido, esta semana?
– Yo me sentí muy aliviada en la sesión anterior cuándo pude explicarlo todo. Y creo que eso ha repercutido en mi estado de ánimo.
– ¿En tu estado de ánimo?
– Sí, me da la sensación que en la última sesión saque toda mi rabia, y también pude ser…
– ¿Ser…?
– Cómo decirlo… -se toma su tiempo- ser más débil.
– ¿Débil?
– Sí.
– ¿Qué supone ser débil, para ti?
– Lo mismo que para todo el mundo, ser vulnerable, a nadie le gusta ser débil.
– Ostras, ya van tres creencias en una sola frase. Esto mejora por momentos.
– ¿Tres creencias?
– Sí, ser débil significa lo mismo para todo el mundo, que débil es sinónimo de vulnerable y que a nadie le gusta ser débil.
– ¿No es así?
– No.
– ¿…?
– Y normalmente ¿no te permites ser vulnerable o débil?
– ¿En mi trabajo? ¡¿Estas loca?!
– Entiendo, ¿qué pasaría, si lo fueses?
– No me respetarían.
– Si no lo entendí mal, esto ya era parte del problema.
– ¿…?
– Si tus compañeros te respetasen, no te harían la zancadilla…¿o si?
– Mmm… ¡no! Ahora que lo dices ¡no!
– Entonces ¿qué te respeten o no, no esta relacionado con ser o no débil?
– No.
– Volvamos pues a lo del cambio de ánimo.
– Parece que he estado de mejor humor y la semana no ha estado del todo mal. Pero no se si tiene algo que ver.
– Da igual ¿no te parece? la cuestión es que tú estabas mejor y ya hemos quedado en que para que los demás cambien primero debemos cambiar nosotros.
– ¡Es cierto!
– Estupendo. ¿Qué te llevas de la sesión de hoy?
– Ser débil o vulnerable, no es tan malo. Que no tiene nada que ver ser o no débil para que te respeten. Y que si cambias tú, los demás, la gente que te rodea, también cambia.
– ¿Te sirve?
– Desde luego.
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.
 
			
					 
												
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