¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– Mi marido siempre me acusa de ser una soñadora, de creer en cosas que no existen de no tener los pies en el suelo.
-… -Silencio-
– ¿Es malo?
– ¿El qué?
– Montse, !no me escuchas¡
– Si que te escucho, me has dicho que tu marido te acusa de ser una soñadora, y tu me preguntas si es malo, y yo te pregunto ¿el qué? ¿Es malo que tu marido te acuse de ser una soñadora? ¿Es malo ser una soñadora? ¿Es malo que tu marido siempre te acuse de ser una soñadora? ¿Es malo creer en cosas que no existen? ¿Es malo no tener los pies en el suelo?…
– Vale, vale lo pillo. ¿Es malo creer en cosas que no existen?
– ¿A qué te refieres con cosas que no existen?
– No sé, no te rías… por ejemplo en Santa Claus, espíritus, hadas, Arcángeles…
– ¿Cómo sabes que no existen?
– ¡Montse! ¿Qué clase de pregunta es esa?
– … -Silencio-
– ¡No existen porque no se ven!
– ¿Estas segura? Esto me recuerda a un cuento:
Érase una vez, en un país muy lejano. El padre de una familia humilde castigo a su hija más pequeña, por desperdiciar un rollo de papel de seda brillante, de envolver regalos. En otro momento no hubiera sido motivo de malestar, pero en las fiestas de Navidad todo eran gastos. El padre entro en cólera cuando vio que la niña había utilizado todo el rollo para envolver solo una caja.
A la mañana siguiente la niña le llevo esa misma caja a su padre.
– Buenos días papa, este regalo es para ti.
El padre, se sintió avergonzado al ver que el paquete que le entregaba su hija, era justamente el que estaba envolviendo el día anterior.
Pero se le paso rápido, cuando abrió el paquete y vio que este estaba vacío, volvió a entrar en cólera y esta vez si que se enfado.
– ¡¡¿No sabes que cuando das un regalo a alguien se espera que haya algo dentro?!! -Le grito enfurecido a la niña-
La niña rompió a llorar, y mirando fijamente a a la caja, le dijo:
-¡Papa, no está vacía! La caja esta llena de besos.
-¿Besos? Pregunto el padre.
– Estuve todo el día metiendo besos para ti, solo para ti, papa.
El padre se sintió realmente desolado, abrazo a su niña entre sus brazos y le agradeció de todo corazón el maravilloso regalo.
Dicen que este hombre guardo la caja durante toda su vida, y cuando se sentía mal, deprimido o triste, tomaba de la caja uno de los besos y recordaba el amor que su niña guardo ahí para él.
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.