¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– Bien, en la última sesión me trajisteis unas listas que teníamos que valorar durante la sesión.
– Sí – responde ella-
– Pero… recuerda que ella se enfado, porque yo no hice las listas hasta la noche anterior de venir a verte.
– Sí, lo recuerdo.
– Yo estaba muy enfadada, porque di por hecho que a él no le interesaba tanto como a mi el matrimonio y que no tenia ninguna intención de arreglarlo.
– … -silencio-
– Entonces fué cuando tú me preguntaste que por qué había esperado hasta el último momento. Yo te explique que me preocupaba la reacción de ella.
– … -silencio-
– ¿Recuerdas que yo me enfade? Creí que me estaba haciendo responsable a mi, pero entonces me cuestionaste si era positivo o negativo para mi. Y decidí que era totalmente negativo. Hemos estado hablando y pensando en eso durante toda la semana.
– ¿Y?
– La verdad es que muy bien, nos hemos dado cuenta de muchas cosas -responden los dos a la vez-
– ¿Queréis comentar algo al respecto?
– Bueno, yo me he dado cuenta que a veces interpreto, bueno más de lo que sería bueno para la relación. -añade ella-
– Sí, para mi, eso ya es mucho. -responde él-
– Y ahora pregunto, antes de… bueno, antes de dar nada por hecho. -continua ella-
– ¡Perfecto!
– Bien, repasemos cuestiones de la sesión anterior. Me decías -ahora me dirijo a ella- qué considerabas que hacer la lista la misma tarde de la sesión, quería decir que a ti te importa tu marido y la relación? Y por otro lado, que si a él se lo tenias que recordar la noche antes de venir quería decir todo lo contrario, ¿es así?
– Sí, exacto.
– Bien ¿me podrías decir como esta ahora todo esto?
– Ahora… yo creo que mucho mejor, la verdad. Es cuestión de ir poco a poco, de no adelantarme, de no enfadarme por todo y por su parte de explicarse mejor, de explicarme las cosas de la manera que yo necesito.
– ¿De la manera que tú necesitas? -la interrumpo-
– Sí, no me gustan las medias verdades, aunque asumo que no tiene porque gustarme toda la verdad, pero lo prefiero.
– Bien ¿esto lo habéis hablado los dos? ¿Estáis de acuerdo? -ahora lo miro a él-
– Sí, lo hemos hablado mucho durante esta semana, y estamos en ello.
– Perfecto ¿Le habéis echado una mirada a las listas?
– Sí.
– ¿Y?
– Es curioso, son casi iguales. ¡Nos sorprendió muchísimo!
-¿Casi iguales y os sorprendió?
– Sí, hay algunos matices, pero en lo que concierne a la base son muy parecidas.
– ¿Hace falta que las repasemos?
– No, de momento no, estamos recolocando algunos puntos y nos gustaría volver a hacerla para la próxima sesión, pero ahora desde este nuevo enfoque.
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.
 
			
					 
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