¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– Buenos días, si no he entendido mal, estáis aquí porque tenéis desavenencias en la relación y queréis solucionarlas ¿es así?
– Sí. -responden los dos casi a la vez.-
– Muy bien, ahora quiero que me digáis exactamente cuál es vuestro objetivo.
– ¿Objetivo?
– Claro, ¿exactamente que queréis conseguir?
– Ya te lo hemos dicho, tenemos problemas y queremos resolverlos -responde él-.
– Entonces si lo he entendido bien, ¿queréis que la relación funcione tal y cómo estaba antes del conflicto?
– Sí, -responde él-.
– Esto… no exactamente -responde ella-.
– … -Ambos se miran con cara de perplejos-
– Ok ¿quién de los dos quiere empezar?
– Yo misma -responde ella.-
– De acuerdo, ahora te pediría a ti (refiriéndome a él), que solo escuches, con el máximo interés y respeto, luego tendrás tú espacio para hablar ¿de acuerdo?
– ¿Qué quieres decir exactamente cuándo dices «no exactamente»?
– Lo que realmente quiero es… -se toma su tiempo antes de responder- estar mejor que antes, si se puede claro. Arreglar este problema esta genial pero… ¿y lo otro?
– ¿Lo otro?
– ¿Puedo hablar con sinceridad?
– Sí, claro.
– Montse aparte de la última bronca, no se cómo hacer para que deje los porros -respira, y da la sensación de que se quita un peso de encima-.
– ¿Quieres qué deje de fumar hierba?
– Sí.
– Prefiero que este rallado y de mal humor, antes de que fume. Ya se lo he dicho mil veces, pero no me hace caso.
 – Entiendo…  y cuándo no te hace caso ¿tú qué sientes?
 – Qué no le importo, que no le importa la relación, que no me quiere, que lo único que le importa es él.
 –  ¿Le has preguntado cómo se siente él cuándo esta rallado?
– No, pero ya sabe que yo lo prefiero así.
– Sí, te he entendido, pero, que tú lo prefieras así, solo quiere decir eso, que tú lo prefieres así ¿Y él?
– ¿…?
– Él, tendrá algo que decir o algo que opinar ¿no?
– Montse, no es por mi, es por su bien, es perjudicial para su salud, y no quiere entenderlo.
– ¿Es por su bien? ¿perjudicial?
– ¡Claro!
– Si fuera por su bien, lo mejor sería dejarle decidir a él, o al menos preguntarle, ¿no?
– ¿…?
– Es mayor de edad ¿verdad? ¿Qué pasaría si fuera él, el que te lo hiciese a ti?
– Lo entendería, es por mi bien. Así me demostraría lo mucho que me quiere y que se preocupa por mi.
– ¿Estas segura?, ¿necesitas que te demuestre que te quiere?
– ¡Claro! Que mejor forma hay para que te demuestren que te quieren.
– Esto es una creencia y si quieres ya lo hablaremos más adelante. Sigue por favor.
– Y volviendo a lo que opino si me lo hiciera a mi, -mira hacia el suelo, se entrelaza las manos, respira hondo- bueno quizás, si tengo que ser sincera al principio me molestaría… -se toma su tiempo- luego le cuestionaría si es por mi bien o por el suyo. ¡Ostras!
– ¿Si?
– Ahora mismo me siento muy egoísta.
– ¿Y qué problema hay?
– No me gusta.
– ¿Cómo puedes cambiarlo?
– Quizás hablándolo con él, y preguntándole cómo se siente cuándo yo le digo esto.
– Perfecto pues por hoy lo dejamos aquí, y quiero que aprovechéis esta semana para poder hablar, ya me lo contareis en la próxima sesión.
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.
 
			
					 
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