¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
-Montse, ¡estoy harta!
– ¿Qué te pasa?
– Siempre es lo mismo. ¡Le han dado el puesto a ese pamplinas! ¡Cómo me cabrea!
– ¿Estás hablando del trabajo?
-Sí, de que si no, ese puesto estaba hecho para mí, llevo mucho tiempo y esfuerzo para que ahora llegue el pelota de turno que no sabe hacer la “o” con un canuto. ¡Es una mierda!
– Vale, vale, me hago cargo de tu situación, ya me he enterado que estas disgustada.
– ¿Disgustada? Cogería a mi jefe y le diría cuatro frescas, pero…
– ¿Pero?
– Yo no soy así, ¡me da tanta rabia!
– ¿Qué es lo que te da tanta rabia, que le hayan dado el puesto a uno que no sabe ni hacer la “o” con un canuto…o que no seas capaz de decirle cuatro frescas a tu jefe?
– ¡Ambas! ¿Para qué sirve todo mi esfuerzo, para qué tantas horas extras? Si al final nadie lo valora.
– Buena pregunta, qué ocurre si los que tienen que tomar la decisión de quién asciende y quien no, valoran a las personas de forma diferente.
-¿De forma diferente?
– Sí.
– No te entiendo.
Te voy a contar un cuento
Hace mucho tiempo un gran sabio, llegó a una ciudad muy lejana. La gente no le dio mucha importancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a sus habitantes. Pasado el tiempo llego a ser motivo de burlas y risas de todo aquel que se le acercaba.
Un día, mientras paseaba por una de sus calles, un grupo de gente empezó a insultarlo. El sabio en lugar de fingir que no les oía y en vez de ignorarlos, se acervó a ellos y los bendijo.
Estos se quedaron muy asombrados pero rápidamente uno de ellos reacciono y le dijo.
– ¿Es posible que, además estés sordo? Te estamos insultando, nos reímos de ti, y a ti solo se te ocurre decirnos cosas bonitas.
– Y este le respondió, cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene.-
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.