Envidias entre amigas

¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?

– Montse, no es justo.
– … -Silencio-
– Crecimos en la misma calle, estudiamos en el mismo colegio, instituto y universidad. Crecimos juntas, somos muy amigas yo diría más, mucho más, somos hermanas…
– … -Silencio-
– Por eso me da tanta rabia, sé que no debería pero ¡no puedo!
– ¿Qué es lo que te da tanta rabia?
– Me da rabia que ella haya conseguido un marido tan perfecto y yo me tenga que conformar con lo que tengo.
– ¿Con lo que tienes?
– Bufff, ya lo sé, ya lo sé, está mal, está muy mal…- repite una y otra vez-
– Ni bien, ni mal.
– ¿Ni bien, ni mal?
– Exacto, quién dice que algo este mal o bien, esto depende de muchos factores y de como se mire.
– … -Silencio-
– Siempre que no te haga daño ¿pero este no es el caso verdad?
– ¿Supongo?
– ¿Supones? ¿Tú crees que estarías aquí hablando de esto si no te hiciese daño?
– ¡No, claro!
– De acuerdo, volvamos a algo que has dicho. En sí, no es tan importante lo que has dicho, sino como lo has dicho.
– ¿…?
– Has dicho “me tengo que conformar con lo que tengo”.
– Sí… ¿Qué ocurre?
– ¿Será con el que tienes? ¿no?
– ¡Lo ves! Esta mal, muy mal.
– Por qué te has referido a tu marido como “lo que tengo”.
– Pobre, no es su culpa, no da para más.
– Bien, si eso es lo que piensas ¿por qué no tomas medidas?
– ¿Qué por qué no me separo?
– Esta sería una opción, pero hay más, por ejemplo, porque no intentas valorar más sus virtudes. O puedes, hablar con él sobre lo que te preocupa para ver qué soluciones te da.
– Esto no arregla el problema.
– ¿..?
– ¡Sigue siendo injusto!
– No te alegras por tu amiga “hermana” que haya encontrado un marido tan “perfecto”.
– Debería pero ¡no! – contesta tajante-
– ¿Qué es lo que te molesta? Que ella tenga un marido tan perfecto. Que el tuyo no lo sea, o…
– La verdad no lo sé, me da mucha rabia ¿por qué ella siempre se queda con lo mejor?
– ¿Ella siempre se queda con lo mejor?
– Sí, no sé cómo lo hace pero siempre tiene que ser la mejor en todo. El mejor vestido, el mejor peinado, el mejor jardín, la mejor puntuación en la selectividad, el mejor trabajo. ¡Ya estoy harta!
– ¿Cómo sabes que es mejor? ¿comparado con qué?
– ¿Comparado con qué?
– Para saber que es mejor, has tenido que compararlo con algo.
– Pues… creo que conmigo ¿no?
– Y ¿cómo sabes que su marido es mejor que el tuyo?
– … -Silencio-
– ¿Sabes que opina ella sobre el tuyo?
– Sí, ¡le encanta!, siempre me está diciendo lo afortunada que soy, y cuanto me envidia… ¡Ostras!
– ¿Ostras?
– No me había dado cuenta…
– ¿De qué no te habías dado cuenta?
– De que… al final. – Se toma su tiempo- siempre nos parece mejor lo que tienen los demás ¿no?
– … -Silencio-
– ¡Que desastre!

Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.

By | 2014-03-26T12:24:23+00:00 agosto 12, 2013|Blog, En la consulta|0 Comments

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