¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– En la sesión anterior, me comentabas que vives con tus padres, que ya tienes una edad y que estas soltera.
– Sí.
– También hablamos sobre tus problemas con ellos y como te hacen sentir y sobre el término tolerancia ¿recuerdas?
– Sí.
– Bien, me gustaría que me dieras tu punto de vista de cómo fue la sesión anterior, ¿exactamente qué te llevaste?
– Creo qué aclare lo que quiere decir tolerancia, también que, en realidad lo que quiero es que sean ellos tolerantes conmigo…
– Muy bien, ¿y cómo ha ido la semana?
– Muy rara.
– ¿Muy rara?
– Sí, me he dado cuenta de que parte de culpa es mía.
– Perdona que te interrumpa, cambia la palabra culpa por responsabilidad, por favor.
– ¿Así? Me he dado cuenta de que parte de la responsabilidad es mía.
– ¡Perfecto! ¿Notas cambio?
– Desde luego ¡que alucinante!
– Bien, entonces me decías que ahora has tomado consciencia de que parte de la responsabilidad con la relación de tus padres también es tuya.
– Sí.
– ¿Y eso para qué te es útil?
– ¿Para qué me es útil?
– Sí.
– No me lo he planteado… pero ahora que me lo preguntas… quizás no me he irritado tanto, y no he tenido tanta rabia.
– ¿Eso es bueno?
– ¡Sí, desde luego!
– Entonces ¿te parece que hablemos sobre tu parte de responsabilidad?
– Ok.
– Dime ¿qué crees que podrías cambiar para hacer que la relación sea más fluida?
– ¿Qué podría cambiar yo?
– Exacto.
– Montse, yo ya no se que hacer, ya te dije que soy muy tolerante con ellos ¡Son ellos los que no me entienden!
– Bien, vuelve a salir la tolerancia. Quedamos en que te diste cuenta, que al final, eras tú la que querías que ellos fueran tolerantes contigo ¿no?
– Sí, pero eso no quiere decir que yo no lo sea con ellos.
– Tienes razón, dime pues ¿en qué crees que estas siendo tolerante?
– No cambio el canal de TV cuando ellos están viendo un programa basura, si llevo a alguien a casa, aviso antes, no me quejo de que hay para comer…
– Bien ya tenemos tres ejemplos, si te parece los comentamos.
– De acuerdo.
– En primer lugar, cuando dices que miran un programa basura, te refieres a que es basura para ti, ¿no?
– Evidentemente.
– Porque para ellos seguramente no lo es…
– Quiero que te des cuenta de que ese es un juicio tuyo, y que son ellos los que están en su casa ¿Cómo te sentirías tú, si estuvieras en tu casa y llegase alguien de fuera y opinase que lo que a ti te gusta es basura?
– Eso no podría pasar porque yo no miro esos programas basura.
– Eso también es un juicio, tu no sabes lo que a mi me parece basura o no. ¿verdad?
– No, claro.
– ¿Entonces qué respondes?
– Que no no me gustaría, ¡claro!
– ¿Y tú a eso le llamarías ser tolerante?
– No.
– Pues eso es lo que estás haciendo con tus padres.
– Ya veo ¡Que mal!
– Siguiente punto, dices que si llevas a alguien a casa, avisas antes.
– Sí, aquí si que no me puedes discutir que estoy siendo tolerante.
– ¿Tolerante? Pregunto ¿qué pasaría si preguntases si les va bien que ese día a esa hora puede ir alguien a casa, más que darlo por hecho? Más que nada,  porque sois varios viviendo en casa y a lo mejor ese día no es el más oportuno para tener visitas.
– Vale -baja la cara mientras se sonroja- lo entiendo.
– Y para terminar por hoy… – me interrumpe-
– Perdona, ya se lo que me vas a decir, tienes razón.
– No se trata de que tenga o no razón.
– Lo sé, pero ya me he dado cuenta, me he comportado como una cría y es justamente de lo que yo me quejaba, ya soy lo bastante mayorcita para hacerme yo la comida si no me gusta lo que ha hecho mi madre.
– Me parece un buen razonamiento, quiero que le des más vueltas y lo hablamos en la próxima visita.
Continuará…
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.
 
			
					 
												
 Uso cookies para mejorar la experiencia de uso de la web, si continuas navegando entiendo que aceptas su uso. Por favor, visita la página de
Uso cookies para mejorar la experiencia de uso de la web, si continuas navegando entiendo que aceptas su uso. Por favor, visita la página de