Érase una vez, todo recae sobre mí.

¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?

– ¡Ya no puedo más, es injusto!
– ¿Tu dirás?
– Montse, nadie me entiende, todo recae sobre mi. Y ya no puedo, de verdad ya no puedo más.
-… -silencio-
– Necesito vacaciones, necesito desaparecer. Pero claro si hago eso, ellos no podrán… sin mí, es imposible ¿lo ves?
-… -silencio-
– No entiendo por que todo depende de mi, ¿tan difícil es? -coge aire y continua- Yo creo que no, pero se ve que me equivoco, por que si no lo hago yo, no lo hace nadie. Es increíble, van a acabar conmigo, ¿no se dan cuenta? Montse no puedo más.
– Esto me recuerda un cuento…

Érase una vez, en un país muy lejano, había un pueblecito pegado a un gran monasterio, todos los habitantes del lugar eran grandes devotos del Señor e iban todos los días a rezar en busca de consuelo. Un día, un joven se acerco a rezar y a pedir ayuda, estaba exhausto, agotado, no podía más, todo eran problemas y no veía solución alguna.
– Señor, no puedo más, no tengo fuerzas para seguir; mi cruz es demasiado pesada.
El Señor, como siempre, acudió a sus rezos y le respondió.
– Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, puedes cambiarla por cualquiera de las otras cruces que hay dentro de esta habitación, escoge la cruz que tú quieras.
El joven lo escucho aliviado, le dio las gracias e hizo lo que le dijo. Abrió la puerta de la sala y deposito su cruz y aliviado empezó a andar y a buscar la cruz que debería cargar de ahora en adelante, ando durante un buen rato y dio varias vueltas buscando la cruz, vio cruces tan altas que no alcanzaba a ver donde terminaban, otras eran tan gruesas como robles, al fin vio una cruz pequeña y ágil, apoyada en una estantería.
-Señor, quisiera esta cruz- dijo cogiéndola.
A lo que el Señor contestó:
-Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar.

Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.

By | 2017-03-02T12:09:30+00:00 diciembre 20, 2013|Blog, En la consulta|0 Comments

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