¡No soy una vieja!

¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?

– ¡Estoy harta!
– ¿De qué?
– Montse, mirame… ¿tú qué edad dirías que tengo?
– Recuerda que tengo la fecha de tu nacimiento anotada en tu ficha.
– Ya ¡así no vale!
– ¿Pero, qué edad dirías que tengo? -insiste-
– ¿Por qué es tan importante para ti, saber qué edad te pongo?
– Mmm… -se queda sin saber que responder-
– Lo importante es con qué edad te sientes tú. ¿no?
– ¡Exacto! Entonces por qué todo el mundo se empeña en decirme que soy mayor, que estoy vieja.
– ¿Todo el mundo?
– Sí, mis hijos, mis amigas, hasta mi médico me dice que puedo o no hacer, esto es bueno esto es malo… ¡que sabrá!
– Entiendo, pero esto no es todo el mundo, solo representa una pequeña parte ¿no crees?
– ¿Hay alguien que opine de otra manera?
– ¡Sí, gracias a Dios!
– … -silencio-
– Mi pareja actual y sus amigos, mi esteticista, mi profesor de Pilates, mis compañeras de salsa…
– ¡Perfecto!
– … -silencio-
– Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Por qué te centras en los que te llaman vieja y no en los otros?
– ¿No te entiendo?
– ¿Cómo te hace sentir los que te dicen que estas vieja?
– Muy mal, Montse yo no soy una vieja, soy una mujer joven, guapa inteligente, muy activa…
– Si tu te sientes así ¿por qué te afecta?
– ¿Cómo qué por qué me afecta? ¿Cómo te sentirías tú?
– Aquí no se trata de cómo me sentiría yo, ¿eso no te serviría de nada a ti, no creés?
– Tienes razón, pero es que es desesperante.
– Repito, si tu te sientes una mujer joven, guapa inteligente y muy activa. ¿Por qué te afecta, lo que opinan los demás?
– Porque… -baja la mirada, se retuerce las manos, le caen lagrimas, coge aire y responde- porque me hago mayor, no puedo parar el tiempo y ellos solo hacen que recordármelo. ¡Es como una condena!
– ¿Qué te ocurre si te haces mayor?
– ¡Montse, yo no soy mayor!
– No estoy diciendo que lo seas, solo te he preguntado ¿qué ocurre si te haces mayor?
– ¡Que pregunta estúpida! Te estropeas, física y mentalmente todo te duele, dejas de poder hacer muchas cosas, los demás dejan de respetarte y te tratan como si fueras un bebe…¡no quiero!
– Bien, vamos por pasos. Empecemos por tus hijos, ¿por qué creés que ellos te dicen eso?
– Por que evidentemente para ellos soy más mayor, pero eso no les da derecho a decirme, que puedo y no puedo hacer, como me tengo que vestir, con quien puedo ir.
– ¿Y cuál creés qué es su intención?
– Mmm… ¿fastidiar?
– Si estuviesen aquí tus hijos, ¿creés qué responderían eso?
– … -silencio-
– Dime ¿qué creés que puede inducir a tus hijos a que hagan esas cosas?
– No lo se, con lo de la ropa me dicen que hago el ridículo, que las mujeres de mi edad no se visten así. ¿Té lo puedes creer? ¡Son muy egoístas! yo no les digo lo que pueden o no hacer y mucho menos como deben vestirse o con quien ir. ¿Qué les da derecho a hacerlo conmigo?
– Perfecto quiero que pienses en eso, y lo hablamos en la próxima visita.

Continuará…

Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.

By | 2014-03-22T21:09:26+00:00 diciembre 18, 2013|Blog, En la consulta|0 Comments

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