¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– Retomemos la sesión anterior… ¿Qué tal cómo estas?
– ¿La verdad? Al principio… entre enfadada, irritable, molesta… y con el paso de los días, quizás con las cosas más claras, pero no se qué hacer.
– Cuándo dices al principio ¿A que te refieres?
– Cuando salí de consulta, como siempre, salí muy removida, con muchas cosas en las que pensar, y a medida que les daba vueltas, más enfadada y molesta estaba con mis hijos. Luego reconozco que estuve muy irritable, me lo decían hasta mis compañeras de oficina, pero no podía remediarlo.
– ¿Puedes decirme si estabas o sigues estando enfadada y molesta con tus hijos?
– Mmm… ¡sí, y mucho!
– Entonces, cuando dices que con el paso de los días “quizás con las cosas más claras.” ¿A qué te refieres?
– ¡Que tengo claro que mis hijos son unos egoístas!
– Y eso para ti ¿es bueno o malo?
– ¡Malo! Evidentemente.
– ¿Si? ¿Estas segura?
– ¡Claro! Ahora si que no te entiendo, ser egoísta es malo siempre.
– Para que las dos podamos hablar de lo mismo, primero estaría bien que me definieras que es para ti ser egoísta.
– ¿Ser egoísta? Es una persona que no piensa en los demás, que solo piensa en si mismo y en su bien estar.
– Bien, estamos de acuerdo, pero… yo añadiría que esto es malo cuando la conducta de esta persona siempre es así, no cuando solo lo es en determinadas circunstancia o en según que contexto.
– Sigo sin entenderte.
– ¿No recuerdas ninguna situación en la que les hayas enseñado a ser primero ellos, que miren en primer lugar por sus intereses?
– ¡Sí, claro! En muchas situaciones… -se crea un momento de silencio- ¡Es verdad, no había caído en la cuenta!
– … -silencio-
– Entonces… ser egoísta en según que situaciones es bueno.
– ¿Es bueno para quién?
– Vale ya lo entiendo, lo que es bueno para ti no tiene porque serlo para mi.
– Entonces, llegados a este punto ¿cuándo sabe una persona si se encuentra en una situación o en otra?
– Yo te diría… ¡cuando se trata de su madre, nunca es una situación para ser egoísta! -Suelta una carcajada-
– Jajaja, vale, vale.
– En serio ¿cuándo uno sabe, cuándo es “correcto” o no, ser egoísta?
– No tengo la menor idea… ¿cuándo le esta haciendo daño a otra persona?
– Vale, demos por buena la respuesta, ahora bien, ¿cómo sabe que le está haciendo daño a la otra persona?
– En el caso de que no sea evidente ¿no?
– Exacto, en los casos que no es evidente que se esta haciendo daño ¿cómo sabe que está haciendo daño?
– Ostras, esto también es difícil, supongo que es la otra persona la que se lo tiene que decir ¿no?
– Muy bien. Y si ahora te pregunto ¿de quien es la responsabilidad?
– Ya me has vuelto a pillar -risas- ya te entiendo, si yo no les digo que me están haciendo daño ellos no saben que me lo están haciendo ¿es eso?
-… -silencio-
– ¡¿Pero cómo es posible que no se den cuenta de que me están machacando?!
– ¿Tu creés qué tus hijos quieren hacerte daño de forma deliberada?
– ¡No, por supuesto!
– Entonces vuelvo a formularte la pregunta ¿de quien es la responsabilidad?
– De ambos, ya lo tengo claro. Mía por no decirlo y suya por no darse cuenta.
– Bien, es suficiente por hoy, continuaremos la próxima semana.
Continuará…
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.