¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– Estoy harta de mi trabajo, no lo soporto.
– … -silencio-
– Porque las cosas no están para hacer tonterías, porque sino lo dejaría.
– ¿Tienes claro que no lo puedes dejar?
– Sí, por desgracia.
– ¿Seguro?
– Sí, sería estúpido por mi parte, llevo muchos años y lo perdería todo, además tengo una edad, que no es nada fácil.
– Entonces será mejor que le busques las cosas positivas.
– ¿Cosas positivas?
– Coge papel y lápiz y empieza a apuntar las cosas positivas que tienes en tu trabajo.
– Mmm… el horario… la paga no esta mal, la localización esta muy cerca de mi domicilio, tengo parking…
– Perfecto, lo puedes terminar en casa, te apetece que te explique un cuento?.
Érase una vez, en un país lejano, había un zapatero remendón que siempre se quejaba de lo pobre que era, un día se presentó hasta él un genio disfrazado de mendigo y le pidió que le arreglara sus zapatos para poder seguir su camino.
– ¡Lo que me faltaba, otro pobre pidiendo limosna! no puedo trabajar gratis esto es un negocio ¿lo entiendes? Yo también soy pobre.
– Pídeme a cambio lo que quieras. -le contestó el genio-.
– ¿Lo que quiera?
– Sí.
– Quiero ser millonario.
– ¿Eso es lo que realmente quieres?
– Sí.
– Yo puedo darte diez millones, pero a cambio quiero tus piernas -le respondió el genio-.
– ¿Para qué quiero yo diez millones si no voy a poder moverme, correr ni bailar? -dijo el zapatero-.
– Está bien, te daré cien millones a cambio de tus brazos.
– ¿Para qué quiero yo cien millones, si no voy a poder hacer nada, ni comer, ni trabajar, ni jugar con mis hijos?
– Te daré mil millones a cambio de tus ojos.
– ¿Para qué me sirven mil millones si no voy a poder ver a mi esposa, familia, amigos, una puesta de sol ni todas las cosas bonitas que me rodean?
– Por lo que veo eres un hombre muy afortunado, pero no te has dado cuenta de la fortuna que tienes, no valoras que ya eres millonario.
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.