¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– Montse, no paro de trabajar.
– … -silencio-
– Trabajo alrededor de 10 horas diarias, le pongo todo mi empeño, pero nada de nada.
– ¿Nada de nada?
– No no hay resultados, al menos los que yo esperaba.
– ¿Y dices que le dedicas unas 10 horas diarias?
– Sí.
– Cuándo dices que trabajas, ¿a qué te refieres?
– No te entiendo.
– Lo enfocare de otra manera, ¿cómo sabes que una persona trabaja?
– Por el tiempo que le dedica, por el esfuerzo que hace, por el cansancio, el rendimiento y por el sudor de su frente -jajaja-
– ¿Me permites que utilice una metáfora?
– Sí claro.
– Bien, dime ¿qué necesitas para colgar un cuadro en la pared?
– El cuadro, la pared, una cinta métrica, un clavo, tomar las medidas, decidir donde lo quiero colgar, un martillo, una arandela… creo que eso es todo. ¡Ah, y tiempo!
– Bien, ahora imagínate que en vez del martillo usas una sartén para clavar el clavo ¿si?
– Jajaja una sartén, ¡así no terminare nunca!
– Exacto, puedes estar todo el día con la sartén, dale que te dale. Y sí, es cierto, estas dedicando tiempo, poniendo todo tu empeño y esfuerzo, incluso te estas cansando, hay un rendimiento, aunque no sea el deseado. Es decir, estar estas trabajando ¿verdad?
– Sí, estoy trabajando ¡pero mal!
– ¿Mal?
– Sí las herramientas no son las correctas.
– Perfecto entonces podemos añadir a tu lista utilizar las herramientas adecuadas ¡si?
– Ya lo entiendo.
– Ahora replantéate cómo lo estás haciendo tú y qué herramientas estás utilizando.
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.
 
			
					 
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