¿Qué puede hacer por ti el coaching terapéutico?
– Montse, no pienso leerme el libro, no insistas.
– Pero si te pareció buena idea la semana pasada, ¿qué ha cambiado?
– ¡Qué sé yo! simplemente no me apetece y listo.
– Vale, vale. Pero ¿puedo preguntar por qué?
– ¿No te rindes nunca?
– No es mi intención incomodarte, sólo quiero entender ese cambio repentino de idea.
– Simplemente, no quiero y punto.
– Juan, te noto molesto e irritable, ¿es por lo del libro o hay algo más?
– Perdona… Sí, puede ser que esté irritado.
– ¿Quieres hablar de ello?
– Bueno, si no tengo más remedio…
– Sabes de sobras que tú eres el que decide hablar o no sobre un tema.
– Está bien, es sobre el libro.
– De acuerdo ¿qué ocurre?
– Montse, hay muchas expectativas, ¿y si no estoy a la altura?, ¿y si no soy capaz?, ¿y si me supera? no quiero hacer el ridículo.
– Está bien que te sientas así, esto no es más que un indicador de tus miedos y de algo que te hace salir de tu zona de confort. No pasa nada, pero ¿qué te parece si antes de juzgar si estás a la altura o no, te lo lees primero y luego hablamos sobre el tema?
Dando un enfoque diferente haces las cosas difíciles más fáciles.